lunes, 19 de noviembre de 2007

Recuerdo maligno de un alma que ruega

Camina, sin rumbo
elige al azar.
Se sienta, descansa
detiene su andar.
No piensa, no siente
no habla, no extraña.
Es sombra que vaga
y se esfuma al pasar.
Su vida se aquieta,
la huída ya pronto lo llama.
Y su filosofía,
y su parsimonia
empujan al pobre
recuerdo
ensordecedor
que ella
suplica
y
tan solo
pretende
...









olvidar.

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