sábado, 12 de abril de 2008

AMNESIA

Resucitado del más rojo infierno e incorporado nuevamente a la vulgar escena real.
Vestido de ropas holgadas, ha dormido el tiempo suficiente, y sus pasos recorren un camino confuso y familiar.
A unos metros de la casa de su infancia. Transita con incertidumbre pero nada lo hace deternerse.
Siente olores, de los que nunca se percató, pero sus ojos parecen alertarse, de todas formas. Su corazón late a un ritmo casi normal.
Sin pensarlo su rostro se llena de lágrimas.
Y se arrodilla a llorar incontenible.
Reconfortado camina.
No es que no quiera, no puede.
Sentir ahora es la novedad de su cuerpo.

No sólo le ganó al tiempo.
Lo detuvo y volvió a cero.
No perdió el juicio.
Olvidó el desengaño y a esa gran mujer perniciosa.


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