Estos días me resultan muy largos.
Volvieron los sueños que creí haber perdido.
Las palpitaciones, los llantos, los recuerdos, las pesadillas.
La frustración, el miedo.
Son momentos en los que la mente tan solo se ocupa de mantener presente lo valioso que era todo.
No siento culpas, no siento odio, no siento la necesidad de que aparezca algo que me invite a ir detrás.
Solo la sensación de algo insoportable.
Verse rodeada de gente extraña, que quiere que estés bien.
Seres de todos los días que se conforman con una sonrisa
y no se imaginarían jamás que adentro está hueco.
sábado, 29 de septiembre de 2007
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