Y en sueños una vez más...
apareció el ángel que en las noches apretaba fuerte mi mano.
Aquel, que mientras yo dormía
susurró desde lo más profundo de su corazón
y dijo que todo iba a ser distinto.
Una noche antes de mi viaje
tus lágrimas volvieron a confirmarme
la sensación en el pecho de la que siempre te hablé.
Necesito mirarte a los ojos,
sentirte en un abrazo
prenderme de tu boca muy despacio.
Quedarnos dormidos agitados, de la mano.
Siento tu falta hoy.
viernes 13 de julio de 2007
sábado, 29 de septiembre de 2007
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