sábado, 29 de septiembre de 2007

Impidiéndote la visión

Hace muy poco tiempote quitaste las manos del rostro.
Aun con miedos y mucha voluntad
juntaste la fuerza que creíste que no tenías
y te despertaste dispuesta y decidida
a ver el mundo que te rodeaba.

Pero la costumbre de la oscuridad
avanza en tus recuerdos
y en ocasiones no muy remotas
nuevamente obstruyes la luz.
Es tan normal abstraerse en su propio mundo
que con cualquier distracción
llevas rápidamente tus manos
hacia tus ojos.

Ayer te pasó algo muy predecible.
Probablemente para algunos
haya sido un hecho normal y ya conocido.
En cambio vos, desprevenida,
o simulando que pasaría tarde o temprano,
te encontraste con la realidad más precisa.

Tu reacción sin disciplina te exaltó.
Observaste toda la escena,
experimentaste el deseo hacia el otro,
reconociste íntimamente que eso era lo que buscabas,
pero tu actitud negadora
y tendente a esquivar,
encontró una escusa tan perfecta y sutil
que ganaste una nueva derrota.

Triste fue creer que él era tu rival,
Ingenuo fue pensar que no se daría cuenta.
Desatenta estuvistes, por no ver qu él siempre estaba observando.
Le sobraba sabiduría y tacto.
Fuiste muy evidente
y en tu inersia estúpida y
violentamente ahuyentadora
impidiéndote la visión,
alguien prefirió entenderte y distanciarse.

domingo 26 de agosto de 2007

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